domingo, 27 de septiembre de 2015

Dios sana tus heridas...

DIOS SANA LAS HERIDAS 
DEL ALMA...

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Dios quiere confortar nuestra alma a través del perdón y su aceptación. La voluntad de Dios se interpreta en la comunión con su Espíritu. Tal como la Biblia dice en.
                                              San Juan 10:24-27: “Mis ovejas reconocen mi voz, es por eso que me siguen y me obedecen”, 

Tenemos que buscar a Dios y aprender a distinguir su voz para poder seguirla.
 Los paisajes palestinos son adornados con la figura del pastor y sus ovejas, él es quien las cuida, las protege, las guía y las sana. En la intimidad con Dios su Espíritu nos revela aquellas áreas de nuestra alma que necesitan sanidad y restauración…  

Salmos 147.3   
                          El sana á los quebrantados de corazón, Y liga sus heridas





EVITA LA MALA ADMINISTRACIÓN DE LAS OFENSAS:
Evitemos actitudes como:

a) Ignorar el dolor (Es decir que no nos pasa nada cuando por dentro estamos destruidos).

b) Minimizar la realidad (Es cuando queremos convencernos de que lo ocurrido no es de mayor importancia, cuando en realidad me está llevando a tomar malas decisiones).

c) Proyectarlo en nuestro futuro (Es asentir que lo que hemos sufrido nos ha devastado pero que no es tiempo de resolverlo sino que esperaremos que en el futuro se solucione por si solo).
d) Escapar (Es tratar de evitar tanto sufrimiento, tapándolo con otra cosa o huyendo de esa realidad).

e) Repasar una y otra vez lo ocurrido (Esto le da lugar al resentimiento y a la amargura en el corazón, y no permite que podamos madurar, sino que nos mantiene cautivos al pasado).

f) La raíz de amargura. (ésta es una raíz que crece en el corazón humano, y como una planta parásita consume la vida, la paz y el gozo de la persona). La amargura detiene el crecimiento e impide el fluir en lo que Dios nos ha otorgado. Por ejemplo: el rey Saúl se llenó de amargura y los últimos años de su reinado los dedico a perseguir a David para matarlo, en vez de administrar el reinado que Dios le había dado, y por eso su triste fracaso. La Biblia nos advierte acerca de ella (la amargura) diciendo:     
Mirad bien de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados Hebreos 12:15.


Una persona con un corazón lleno de resentimiento, o con una raíz de amargura, es alguien que no puede ser estable en sus emociones. Su presente y futuro está marcado por el dolor del pasado.
EL SEÑOR JESÚS ES TU PASTOR Y TÚ SANADOR:
 
a) Dios es bueno y siempre procurará tu bien.



Dios es tu pastor, quiere sanar tu pasado, protegerte del león, del arbusto espinoso, del sol ardiente en el camino, por eso confía y abre tu corazón porque el Señor está atento a tu oración.
          b) Decide sanar tu corazón, no permitas que el dolor lo gobierne.  
Permite a Dios trabajar en tu alma, en lo profundo de tu corazón, permite que el aceite del Espíritu Santo se derrame sobre tu vida.
No permitas que las trampas del enemigo estorben lo que Dios tiene planeado para ti, 
El Señor Jesús quiere ungirte, el Espíritu Santo quiere aplicar su aceite en tu corazón, Salmo 147:1-3. 

 Aquí el Señor toca este tema y dice: 
                
            Yo te voy a cubrir con mi protección, 
               te voy a ungir con mi aceite.
 En Santiago 5:16 
Hay un secreto: La confesión y la oración. 
Es la oración de fe la que abre el corazón de Dios.
 Si estás dolido, confiésalo a pastores, a personas que los pastores designen y a Dios mismo. La clave es abrir el corazón. Puedes tener una vida diferente!
 Es tiempo de clamar al Señor y decirle: 
¡Enséñame a salir del dolor! 
No permitas que tu pasado gobierne tu presente. Suelta el dolor, renuncia al resentimiento y podrás vivir en libertad.
 Gracias Jesus por tu perdòn..
                Gracias DIOS por tu Amor...

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